Courtiers es una impresionante e histórica casa de pueblo construida como parte de la finca de Gibbs a principios del siglo XVIII y que ha pertenecido a la misma familia durante más de 52 años. La fachada clásica georgiana transmite una sensación inmediata de grandeza, pero ofrece proporciones manejables para una familia moderna.
Esta casa catalogada de Grado II tiene mucho carácter y cuenta con techos altos y numerosos detalles originales, como paneles de madera, asientos en las ventanas y una escalera de roble. Muchas de las habitaciones tienen vistas dobles o triples a los generosos jardines.
Se accede a Courtiers desde el camino, a través de amplias puertas dobles de madera que conducen a un camino de grava que discurre entre el campo de croquet y jardines maduros con árboles frutales y topiarios. Hay una puerta de hierro forjado en el jardín amurallado que conduce a la entrada formal con su pórtico de diseño clásico en el frente de la casa.

La casa se distribuye en tres plantas más una bodega. La planta baja consta de dos salas de recepción formales bien proporcionadas con grandes ventanales y paneles de madera pintados originales. Ambas dan al vestíbulo de entrada con piso de baldosas de ladrillo y guardarropa. El gran pasillo de entrada trasero se abre a la cocina/sala de desayuno y a la despensa, que es una incorporación moderna a la propiedad.

Los dormitorios principales están distribuidos en el primer y segundo piso con ventanas de doble orientación con vistas a los jardines. Hay otros 3 dormitorios dobles, un dormitorio individual o estudio y tres baños.

Los jardines de Courtiers son amplios y muy privados, con una extensión total de más de medio acre. El jardín amurallado cuenta con un campo de croquet y dependencias que podrían convertirse en una zona de ocio. Hay otro césped con un estanque ornamental y un huerto y un invernadero ya establecidos.

Ver el impuesto de timbre a pagar para esta propiedad