Casa y molino restaurados en un pequeño pueblo en la ladera de la montaña con vistas al río Miño. La casa es casi en su totalidad de piedra con una superficie de 500 m2 aproximadamente; el espacio restante con árboles frutales y otros, 4700 m2. Tiene un pequeño arroyo que divide la propiedad, el cual está unido por un pequeño puente de hierro. Para aquellos que quieran relajarse, este lugar es maravilloso, escuchando el sonido del agua al pasar.

La casa está rodeada de pavimento portugués, con iluminación exterior, justo al lado del arroyo. Tiene piscina. Garaje para 3 coches.

La casa tiene dos salones con chimenea, planta baja de gres y 1º piso de madera.

Cocina equipada con horno normal y de leña. 3 suites con grandes armarios, sistema de calefacción central con radiadores Jaag (belgas).

OR/C también dispone de un dormitorio con baño. Aspiración centralizada.

La casa está equipada con calefacción central y aspiración, piscina, barbacoa, horno de pizza, cocina y horno de leña, además de cocina y horno eléctricos y cocina de gas.

En el exterior hay una zona de barbacoa equipada con un horno de barro revestido de piedra.

Está a sólo 6 km de la localidad española de Tui y de su impresionante catedral. Las fabulosas playas de la Costa Verde están a sólo 30 minutos en coche. 1h30 de viaje le llevará al esplendor histórico de Santiago de Compostela, y poco más de 1h de viaje al sur le llevará a Oporto, una ciudad rica en historia que ofrece la oportunidad de experimentar las delicias de los famosos almacenes de vino de Oporto. Hay una variedad de actividades disponibles cerca del río Miño, así como paseos a caballo y alquiler de bicicletas en centros cercanos.

El acceso a la casa se realiza a través de un camino de tierra bordeado de árboles, lo que deja entrever la sorpresa de tenerla en un lugar tan alejado de todas las miradas.

La casa dispone de una superficie lo suficientemente amplia como para que una familia pueda disfrutar tanto de momentos de convivencia -en la zona social, piscina y barbacoa- como de momentos más aislados y tranquilos en la zona de huerta, disfrutando de la Ribeira Brava que discurre dentro del terreno como así como de los diversos árboles frutales presentes. Dentro de la casa también hay varios espacios perfectos tanto para socializar como para momentos más introspectivos.

El silencio es absoluto, interrumpido sólo por los distintos pájaros, el sonido del agua corriendo o el viento meciendo los árboles. Pudimos ver águilas y milanos surcando los cielos y el río Miño se puede ver desde la parte superior de la casa. Sólo hay un vecino en un radio de varios kilómetros, lo que da la sensación de ser los únicos disfrutando del idílico paisaje de este valle.

Reúne todas las condiciones para la construcción de un huerto de aromáticas y hortalizas para consumo, reflejando todo un estilo de vida centrado en la naturaleza con total integración de los espacios verdes, teniendo además el agua como elemento muy fuerte.